El campo colombiano creció 7,1 % en el primer trimestre del año, jalonando el PIB nacional. La ruralidad vuelve al centro de la conversación económica.
En los tres primeros meses de 2025, la agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza crecieron un impresionante 7,1 %, dejando atrás a gigantes como la minería, la construcción o la energía.
Así lo reveló el más reciente informe del DANE, en el que se confirma que el agro no solo fue el sector más dinámico, sino también el que mejor respondió al llamado de la economía nacional: creció más del doble que el promedio del PIB general, que se ubicó en 2,7 %.
Café, leche y cacao: los nuevos protagonistas del crecimiento
Detrás de estas cifras está el buen clima, las cosechas abundantes y una política pública que —por fin— comenzó a diversificar el portafolio del campo.
- El café lideró el resurgir con un crecimiento del 31,3 %.
- El cacao no se quedó atrás: subió 33,3 %, y la leche cruda avanzó 12,1 %.
- Hasta la pesca y la acuicultura sorprendieron con un salto de 18,2 %.
- La ganadería subió 8,9 % y la silvicultura 11,4 %.
Incluso los cultivos sin café, menos glamorosos en los titulares, crecieron 2,4 %. En suma: ninguna rama del agro registró caída. Ninguna.
100.000 nuevos campesinos en la tierra
En medio de este auge, el empleo también respondió. Entre enero y marzo, 100.000 personas más se vincularon exclusivamente al agro, pasando de 2,71 millones a 2,81 millones de ocupados. El sector se consolidó como el mayor generador de empleo rural, superando al comercio y la reparación de vehículos por más del triple.
Sin embargo, las brechas siguen siendo profundas. Aunque el 56,3 % de quienes se identifican como campesinos trabaja, hay una gran diferencia entre hombres y mujeres: el 70 % de los hombres trabaja, frente a solo el 40 % de las mujeres, cuya tasa de desempleo alcanza el 14,2 %, casi el triple que la de los hombres.
Una señal para el desarrollo sostenible
“La tierra nos está hablando”, dijo la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica Carvajalino. Y sí, el agro se consolida como ancla de una economía que busca equilibrio interno y sostenibilidad. “Aquí hay potencial para avanzar hacia un desarrollo sostenible centrado en el trabajo de la tierra y la producción agroalimentaria, cuidando el medio ambiente”, agregó.
¿Y el resto de la economía?
Aunque el PIB general creció 2,7 %, con el consumo privado repuntando 3,8 %, el escenario aún es desigual. El Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) de marzo creció 4,52 % frente al año anterior, pero cayó 0,86 % frente a febrero, lo que muestra señales de alerta.
La inversión fija apenas creció 1,8 %, afectada por la crisis en el sector constructor: la construcción cayó 6,3 %, y la vivienda se desplomó 12,2 %, con 5.000 viviendas menos en el periodo.
Desde BBVA Research advierten que el país crecería alrededor de 2,5 % en 2025, empujado por el consumo, no por la inversión ni las exportaciones. Pero —y aquí vale el refrán— consumir sin invertir es como querer cosechar sin sembrar.

