El Ministerio de Hacienda radicó ante el Congreso el Presupuesto General de la Nación por $556,9 billones, el más alto en la historia, acompañado de una ley de financiamiento.
El Gobierno presentó al Congreso el Presupuesto General de la Nación 2026, por $556,9 billones, que dependerá de una reforma tributaria destinada a recaudar $26,3 billones mediante impuestos al alcohol, tabaco, patrimonio e IVA.
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, explicó que del total de recursos, 65,7 % se destinará a funcionamiento ($365,7 billones), 18,4 % al servicio de la deuda ($102,4 billones) y 15,9 % a inversión ($88,8 billones).
Durante la presentación, que contó con ministros y directores de entidades como el DNP, DANE y DIAN, además del Banco de la República y la Contraloría, se resaltó que la iniciativa busca garantizar la sostenibilidad fiscal sin afectar la canasta familiar.
Ávila advirtió que el 91,4 % del presupuesto es “gasto inflexible”, compuesto por intereses de deuda, salud, pensiones, fuerza pública y sistema judicial. “Un ajuste exagerado podría tener efectos devastadores en el crecimiento, el empleo y la inflación”, subrayó.
Entre los factores que presionan las finanzas se encuentra el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que entre 2022 y 2025 demandó $80 billones. El Gobierno ya desmontó los subsidios a la gasolina y los grandes consumidores de diésel, y estudia un nuevo mecanismo para reducir el costo fiscal del ACPM.
Los ingresos tributarios proyectados pasarán de $280,3 billones en 2025 a $306,8 billones en 2026, mientras el déficit fiscal alcanzará $67,1 billones, cifra que bajaría a $40 billones con la nueva reforma tributaria.
La Ley de Financiamiento contempla:
- Gravar consumo de licores y tabaco.
- Ajustes en impuestos de renta y patrimonio.
- Fortalecimiento de impuestos al carbono, al consumo y a productos nocivos para la salud.
Hacienda insistió en que este paquete fiscal es indispensable para sostener el gasto social y mantener la estabilidad macroeconómica del país.


