Muere a los 89 años el expresidente de Uruguay José ‘Pepe’ Mujica

El expresidente uruguayo falleció a los 89 años tras luchar contra un cáncer de esófago. Deja un legado de sencillez, coherencia y reformas que marcaron la historia de Uruguay.

José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y uno de los referentes más entrañables de la política latinoamericana, falleció este martes a los 89 años, luego de enfrentar una etapa terminal de cáncer de esófago. Su partida cierra un ciclo histórico para el país y para toda la región.

Lucía Topolansky, su compañera de vida y de lucha, había informado a inicios de semana que Mujica estaba bajo cuidados paliativos, confirmando que su estado de salud era irreversible.

“El guerrero tiene derecho a su descanso”

En enero de este año, Mujica había anticipado con serenidad lo que venía: “Sinceramente, me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso”. Con esa frase selló su despedida pública y anunció que no se sometería a más tratamientos médicos.

Fiel a su estilo, eligió vivir sus últimos días sin dramatismo, como vivió casi toda su vida: con sobriedad, compromiso y un profundo amor por la libertad. “No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje. Vivo con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”, decía el hombre que rechazó un millón de dólares por su icónico Volkswagen Escarabajo celeste.

Una vida tejida con revolución, amor y coherencia

Pepe Mujica nació en Montevideo en 1935, hijo de una familia agricultora. En los años 60 fue uno de los líderes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, un grupo guerrillero socialista que luchó contra la corrupción y la represión estatal. Fue encarcelado durante más de una década y vivió aislado, pero nunca dejó de luchar por sus ideales.

Tras recuperar la libertad en 1985, Mujica se volcó a la política democrática con el Frente Amplio. Fue diputado, senador, ministro y finalmente presidente entre 2010 y 2015. En su mandato impulsó transformaciones profundas que posicionaron a Uruguay como una de las democracias más progresistas del mundo.

Legalizó el aborto (2012), el matrimonio igualitario (2013) y reguló el mercado de la marihuana (2013), en decisiones que marcaron una era de avances sociales sin precedentes en la región.

Un presidente sin corbata y con palabra

Lo llamaron “el presidente más pobre del mundo”, aunque él lo consideraba una simplificación. Mujica vivía en su chacra, cultivaba flores y rechazaba el lujo. Su liderazgo fue tan honesto como directo. Prefería hablar desde la convicción que desde el protocolo, y eso lo convirtió en un símbolo mundial.

Fue amigo cercano de Fidel Castro, conversó con el Che Guevara y conoció a líderes como Mao Zedong y Barack Obama. También conectó con artistas como el cantante Residente, quien encontró en Mujica una fuente de inspiración para hacer de la música una herramienta de protesta y reflexión.

Un amor que también fue revolución

Desde los años 60 compartió su vida con Lucía Topolansky, su compañera de militancia y más tarde vicepresidenta del país. Se casaron en 2005, aunque llevaban juntos casi cuatro décadas. Nunca tuvieron hijos, pero construyeron juntos un legado político y afectivo que marcó la historia de Uruguay.