Coincidiendo con los 40 años de la toma del Palacio de Justicia, llega a las salas de cine Noviembre, una película que retrata uno de los episodios más dolorosos y complejos de la historia reciente de Colombia. El largometraje, dirigido por Tomás Corredor, reconstruye las 27 horas de terror vividas por guerrilleros del M-19 y civiles atrapados en un baño del edificio judicial, mientras en el exterior el fuego y los tanques arrasaban con todo.
Más que una reconstrucción histórica, Noviembre busca humanizar el conflicto y cuestionar los límites entre víctimas y victimarios, a través de una narrativa que invita a la reflexión sobre la dignidad, la memoria y la resistencia en medio de la violencia.
Un drama coral sobre la condición humana
Con un elenco encabezado por Natalia Reyes y Santiago Alarcón, la cinta se estrenó el 2 de octubre y pronto integrará el catálogo de Prime Video, tras su selección oficial en la sección Discovery del Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) 2025.
Entre los personajes destaca José, un conductor atrapado en el baño del Palacio, interpretado por Juan Morales, quien compartió con Infobae Colombia su experiencia en el rodaje.
“Yo no fui contactado directamente. Estaba en México cuando Marcela Carvajalino me comentó que buscaban actores colombianos para un proyecto entre los dos países. Envié mi información, hice el casting por Zoom y fue una sola toma”, recordó.
Tras varios meses de espera, Morales fue confirmado en el elenco y viajó a México para las grabaciones. Desde entonces, asegura que su trabajo estuvo marcado por una profunda responsabilidad:
“Uno entra como actor, pero también entra el ciudadano, el ser humano. Hay un compromiso de respetar la memoria de las víctimas. Eso fue lo que más sentí: amor, respeto y gratitud por poder ser parte de un proyecto así”, afirmó.
Respeto, sensibilidad y reflexión
El actor explicó que la preparación fue intensa y emocionalmente exigente. Durante tres semanas, el elenco participó en extensas sesiones de ensayo y reflexión con el director y el equipo de investigación histórica.
“Todo el tiempo nos recordaban que esta película debía ser un espacio de reflexión, diálogo y también de confrontación. Había una investigación detallada detrás del guion, y cada escena debía abordarse con sensibilidad y respeto”, relató.
Morales destacó la guía del propio Tomás Corredor, quien cuidó cada detalle de tono y atmósfera.
“Nos marcaba la manera en que debíamos decir cada línea, no desde el dramatismo, sino desde la humanidad. Era importante mostrar el miedo y la resistencia de quienes vivieron ese encierro”.
Una mirada sin bandos
Más allá de las versiones oficiales o de las lecturas históricas dominantes, Noviembre se propone ofrecer una visión neutral y empática sobre los hechos. Morales resalta que la película evita caer en etiquetas de “buenos” y “malos”:
“Esta producción no busca señalar culpables. No se queda en los titulares ni en las imágenes conocidas; entra en lo que vivieron las personas que estaban allí: su angustia, su esperanza, su humanidad”.
El actor añadió que el filme deja al espectador con más preguntas que respuestas, pero también con la certeza de que el dolor del pasado aún necesita ser comprendido.
“Durante años pensamos que la culpa fue solo de un lado, pero las investigaciones han mostrado que la verdad es más compleja. Noviembre no defiende a nadie: invita a entender lo que pasó y a mirar con empatía”.
Un homenaje a la memoria colectiva
Con su estreno nacional, Noviembre se suma a la lista de producciones que abordan el conflicto armado desde una perspectiva íntima y humana. A través de la tensión claustrofóbica de un baño donde guerrilleros y civiles comparten el mismo miedo, la película recuerda que la historia no solo se cuenta con fechas y cifras, sino con vidas, silencios y memorias compartidas.
Más que una película, Noviembre es un acto de memoria que busca abrir heridas no para reabrirlas, sino para sanarlas desde la comprensión.


